Cuando nos asociemos para realizar el servicio cristiano de la emancipación de los pobres -evangelización- la organización en que la que lo hagamos, ha de ser: un instrumento gracias al cual efectuamos la solidaridad de forma permanente con todos los hombres desde los pobres…
Servir al ideal cristiano es optar por una forma de vida frente a las demás formas de vida. Hemos de intentar el diálogo con los demás de manera permanente, pero nunca a costa de traicionar el Ideal. Siempre abiertos al diálogo «con hechos y de verdad», pero ello nos debe cerrar al amiguismo, a la concertación entre Cristo y el Demonio, el contubernio, la conspiración por la espalda, en una palabra, a todo tipo de politiquería, y ésta se dará siempre que queramos servir a los pobres y llevarnos bien con sus opresores. Y es posible que no seamos conscientes de que esto lo estemos hacemos.
El Movimiento Cultural Cristiano se siente solidario con todas las personas y asociaciones de buena voluntad que se planteen hacer de nuestra sociedad, insolidaria con los pueblos hambrientos, una sociedad solidaria. Pero simultáneamente es consciente de que al combatir las causas del hambre es incompatible con maquillar a este sistema…
Conclusión: Hoy, más que nunca, ya que el problema del hambre es el mayor crimen de la historia de la humanidad, el lema «Asociación o muerte» es verdad ineludible. Y esa asociación, en nuestro caso, se asienta sobre un trípode: Apostólica, Militante, desde los Pobres.
Julián Gómez del Castillo