Los antiguos definían la democracia como «poder del pueblo, por el pueblo para el pueblo», lo que equivale al protagonismo del pueblo en la política. Es decir, a la autogestión en la vida de las personas. No hace mucho tiempo un alto dirigente de la FERE se escandalizaba de que se pudiera plantear la autogestión en los colectivos humanos, ¿habrá otra forma de hacer posible que la persona humana sea el máximo valor sobre la Tierra? ¿Habrá otra vía para ser verdaderamente, y no sólo formalmente, demócrata? El poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo sólo se da si se vive la autogestión, lo demás son, en más o menos, formas de dictadura mitigada, preferibles a la dictadura, pero que no han llegado a la democracia.
“Aprender en la escuela a leer el mundo”,
“Enseñanza en libertad”, pag. 21, año 1993.