…Y he querido dejar para el final el hecho que no tuve fuerzas para contar en la misa que por Usted [don Felipe] celebramos en Sotillo. Habían los políticos conquistado el poder en la «Editorial ZYX», y esta había dejado de ser organización apostólica privada, para ser «organización de la clase». Nos habían lanzado por la ventana a los que hicimos ZYX.
Yo me había quedado sin trabajo y se me exigía que pagara la casa donde vivía, al contado, cuando ya la había pagado. El médico me había dicho que «si quería vivir, tenía que querer vivir». Nadie de los amigos cercanos se acercó a preguntarme si mis hijos tenían pan o techo. Ud, a 240 kms de distancia se dio cuenta… y solucionó la «papeleta» pagando y no aceptando jamás la devolución. Mis hijos pudieron comer y tener techo. La amistad, una vez más, adivinaba la necesidad del amigo.
“Don Felipe López: Recuerdos de un entrañable amigo”
Por Julián Gómez del Castillo