Nuestra opción moral por la autogestión como protagonismo del hombre en todos los planos de la vida nos lleva a dos conclusiones revolucionarias:

1. Luchamos en servicio del hombre y eso exige una sociedad fuerte que disminuya el poder del Estado y de las oligarquías.

2. Eso no se puede conseguir sin altos niveles de socialización no estatificada.

 

 

(Acción institucional política- acción de base, boletín. nº 13, enero de 1997)